17 de Febrero 2011
fuente: Ecos De La Costa
La conferencista refirió que la vida es la escuela de los padres y la mejor educación está basada en los valores, pues de acuerdo al fomento del respeto, la honestidad, la tolerancia y la solidaridad, será el tipo de familia que se quiere tener.
Magaña Preciado, maestra en educación, con especialidad en gestión y política educativa, dio algunos datos como que Colima ocupa ahora el primer lugar nacional de embarazos en adolescentes, pues uno de cada cinco nacimientos es de madres de 15 a 19 años de edad y el 15 por ciento son madres solteras.
Indicó que Colima tiene el primer lugar nacional de obesidad infantil, pues la padecen tres de cada 10 niños; que el 32.1 por ciento de mujeres de 12 a 14 años ya dejó de estudiar; el 42.8 de mujeres de 15 a 19 años dejó también sus estudios, y la cantidad de hogares mexicanos en donde se enfrenta la ausencia del padre de familia creció del 9.6% en la zona urbana en 1997 al 18.50% en el 2003, mientras en la zona rural fue del 6.2% a 16.4% en las mismas fechas; además de que en el 31.08% de los hogares son los adultos mayores quienes atienden a los menores de 15 años.
Por ello –dijo– la importancia del rescate de valores y de tener una comunicación efectiva con nuestros hijos, pues el punto de partida para una relación sana e integrada es saber escuchar.
Habló también de la necesidad de contar con familias integradas con papá y mamá, en donde cada uno cumpla su rol adecuadamente, pues mientras el papá señala sobre todo los problemas de convivencia, del trabajo y la disciplina del horario, la mamá se enfatiza en cuestiones de orden horario y participación en las tareas del hogar, ambos en la exigencia del dinero y los hijos, por su lado, minimizan los conflictos domésticos y ponen más atención a conflictos externos con amigos y relaciones con la autoridad.
Destacó que la paternidad comprometida es un efecto compartido los hijos, pues si hay una paternidad comprometida, habrá en los hijos sentimientos y conductas responsables, y aun cuando no hay una receta para ser papá, desde nuestro rol hay que ayudar a los hijos a cumplir sus sueños, tareas y compromisos.

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